viernes, 9 de julio de 2010

La Madrugá: las "cartageneras" de Chueca a estudio


Cuando publicamos el artículo titulado Cartageneras de zarzuela (21-II-2010) no imaginamos que pocos meses después íbamos a poder disfrutar de un análisis musical comparativo del dúo de Carola y Alegrías, pieza de la zarzuela La alegría de la huerta en la que creímos reconocer unas cartageneras. Como es sabido, la música que para dicha obra compuso Federico Chueca (Madrid, 1846-1908) tiene por base los aires regionales murcianos.


CAROLA
Pajaricos que cruzáis,
Pajaricos que cruzáis,
la huerta siempre cantando,
decidle a aquél que me olvide,
y al otro que estoy penando,
y al otro que estoy penando.

ALEGRÍAS
Mire usté, madre, si es grande
Mire usté, madre, si es grande,
el cariño que la tengo,
que la encuentro y no la miro,
y voy a hablarla y no puedo.
y voy a hablarla y no puedo.






El examen del citado fragmento es hoy una realidad gracias a la labor de Pedro Fernández Riquelme y del profesor José Francisco Ortega Castejón, de la Universidad de Murcia, quienes han publicado en el segundo número de la Revista de Investigación sobre Flamenco La Madrugá un interesante estudio sobre la evolución del cante por cartageneras: El cante por cartageneras: un acercamiento a través de los textos y sus melodías características.

Transcribimos unos párrafos.






« (...) Un ejemplo de gran interés para nosotros es la zarzuela La alegría de la huerta del compositor Federico Chueca, estrenada en el Teatro Eslava de Madrid el 20 de enero de 1900. Según podemos leer en el artículo "Cartageneras de zarzuela" de Alberto Rodríguez, la prensa elogió la obra y destacó las, a entender del crítico encargado de la reseña, cartageneras que aparecían entre su música y copla. (…)

Alberto Rodríguez cree ver un claro parecido "estructural" con algunos de los primeros ejemplos de cartageneras flamencas registradas por cantaores como Antonia la Malagueña, Antonio Pozo el Mochuelo o Encarnación la Rubia, entre finales del XIX y principios del XX y que después veremos. Pero, más allá de que sea el primer verso el que se repita en el segundo tercio y no en el tercero, como suele ser más habitual, no vemos en esta cuestión nada digno de destacar, pues al tratarse en todos los casos de cuartetas octosilábicas, necesariamente se han de repetir dos de los versos para lograr los esperados seis tercios que presentan el común de los fandangos andaluces u otros cantos derivados. Aún así, no hay que echar en saco roto la observación, pues podría apuntar a la manera "cartagenera" de jugar estructuralmente con el texto, al menos en los ejemplos más primitivos. (…)

Si nos fijamos con atención en los dos primeros tercios de ambas, descubriremos algunos detalles llamativos. En primer lugar, que el arranque del primer tercio coincide, sobre todo en el ejemplo de Alegrías, con el arranque del mismo tercio de la cartagenera grande. Pero no así la cadencia que, sorprendentemente recae sobre el V>, esto es, un SI bemol. Veamos ambos casos [para facilitar el cotejo, hemos preferido transportar el tono original de la partitura, SOL frigio, al tono estándar de MI frigio, es decir, sin alteraciones en la armadura.]:




Y decimos sorprendentemente con razón, pues constituye una cadencia típica de tarantas, que acostumbra a aparecer en los tercios impares. Aunque lo veremos corroborado cuando analicemos el siguiente patrón melódico de cartagenera, adelantaremos aquí un par de ejemplos extraídos de entre las numerosas tarantas que grabó el Cojo de Málaga:




Pero es que además, en el segundo tercio de ambas "cartageneras", Chueca se adhiere a una fórmula característica de los cantes mineros, en la que los grados IV y V> se convierten en ejes melódicos, estableciéndose la cadencia sobre el primero de ellos:




Traemos de nuevo a la palestra al Cojo de Málaga:




Que Chueca se inspirara en aires populares para componer este número es altamente probable. De hecho, en los cancioneros populares murcianos de finales del XIX y principios del XX encontramos algunos cantos en los que se observa algún paralelismo con el arranque melódico del primer tercio, tanto de la cartagenera grande como de las "cartageneras" de Chueca. (...)

Pero lo que no encontramos en ellos es esa sorprendente "caída" sobre el V> que se produce en las "cartageneras" de Chueca. La cuestión que se nos plantea entonces es si la influencia no pudiera haberse ejercido, tal vez, en sentido contrario; es decir, que fuera la música del maestro madrileño la que hubiera servido de espoleta para el nacimiento de tan curioso hábito melódico, íntimamente asociado a esa nueva rama del flamenco que serán los cantes por tarantas. (...)
»

1 comentario:

  1. ¡Uy, cuanta letra!!! Esto me lo dejo pa'l findesemana.

    Besos, La Porve

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